La situación es preocupante, sobre todo porque la clase política está muy lejos del consenso que debe presidir en las cuestiones de Estado. Unos políticos exigen, sin éxito, que se garantice el actual statu quo de Navarra antes de iniciar ninguna negociación. Otros afirman que no tenemos que preocuparnos, que nuestra Comunidad foral no está encima de ninguna mesa de negociación. Otros líderes, incluso de otras Comunidades, nos dicen que no debemos tener ningún miedo. Que seremos los navarros quienes decidamos nuestro futuro, pero ¿libremente? ¿sin otras consecuencias? ¿para decidir lo que hoy ya somos? Otros grupos, sin embargo, señalan que sin hablar de Navarra es imposible que ETA desaparezca.
Como ciudadanos navarros, nos encontramos ante un panorama inquietante. En Institución Futuro pensamos que no podemos sentarnos y esperar a que otros decidan. Vamos a intervenir en los ejes del debate y nos manifestaremos cuando sea necesario acerca de lo que más conviene a Navarra. Lo que sí tenemos claro es que vivimos en una tierra próspera, cuyos indicadores de bienestar se encuentran entre los más destacados de España y Europa. Esta situación es resultado del esfuerzo de todos y del buen sentido de quienes nos han gobernado. Al margen de que no tengamos que caer en la autocomplacencia, hay que pensar si lo más inteligente es que continuemos por esta senda o si, por el contrario, debemos tomar rumbos más inciertos.
Navarra ha podido alcanzar su bienestar porque en nuestro país llevamos treinta años de democracia. Después de etapas poco afortunadas, hemos sabido articular un espacio de convivencia válido para todos. Qué poca paciencia y memoria tienen los que creen que este período ya se ha agotado. La estabilidad de España todavía es cosa de ayer y mejor no olvidarlo. Y luego está la propia experiencia europea. Cincuenta años después de sufrir la Segunda Guerra Mundial, formamos parte de una entidad política, Europa, que constituye la sana envidia del mundo civilizado. La fuerza de la Unión ha consolidado la democracia y ha acabado con los regímenes fascistas y comunistas. Europa nos abre un espacio de libertades y prosperidad comunes, al que hacemos un flaco favor con barreras localistas y diferencias artificiales. Los navarros, como europeos, también hemos de preguntarnos qué destino queremos.
Javier Troyas Bermejo es presidente de Institución Futuro