Diario de Navarra, 8 de octubre de 2010
Emilio Huerta, director del Centro para la Competitividad de Institución Futuro
En momentos de dificultades como los actuales, es cuando los ciudadanos y las empresas demuestran su capacidad de superación e iniciativa. Por eso, las estrategias y el esfuerzo de las pequeñas y medianas empresas navarras resultan imprescindibles para avanzar en el complejo panorama lleno de trampas e incertidumbres, de la economía española. Las pymes navarras por su importancia, dinamismo y capacidad de adaptación son claves para garantizar una recuperación sostenida.

Pero este colectivo de empresas ha sido seriamente castigado por la crisis. Ha sufrido intensamente el desplome de la demanda y el aumento de la competencia. Estas empresas están afrontando enormes dificultades financieras y se enfrentan a un entorno regulatorio y fiscal que muchas veces resulta infranqueable. Estas son las principales conclusiones que se derivan del estudio Barómetro de las empresas navarras realizado por Institución Futuro y CIES para la Confederación de Empresarios de Navarra. Los empresarios navarros tienen una percepción negativa de la situación actual. No perciben un cambio de tendencia ni próximo ni consistente. Más de la mitad de las empresas estudiadas consideran que sus mercados están en recesión. Como reflejo de esa percepción de la demanda, dos de cada cinco empresas están utilizando menos de la mitad de su capacidad productiva. Y el deterioro de la actividad empresarial se traduce en una importante reducción de sus márgenes empresariales.

Las dificultades financieras y el limitado empuje de la economía española se observan como elementos de riesgo. Sobre el panorama de la economía española, existen todavía factores muy adversos que cuestionan su empuje y sostenibilidad. El crecimiento basado en la demanda interna sostenida por un elevadísimo nivel de endeudamiento se ha agotado. Hemos vivido en estos años claramente por encima de nuestras posibilidades y ahora toca depurar esa situación aceptando probablemente una reducción de nuestro bienestar.

Por eso necesitamos profundas reformas que corrijan las inercias del pasado, pero sobre todo, debemos de seguir apostando por la industria como elemento clave para fundamentar nuestro crecimiento. Y en particular, ahora que dos sectores están funcionando bien en Navarra, el automóvil y la producción energética, hay que potenciar la competitividad de las pymes.

Así es importante que empresarios, poderes públicos y agentes sociales articulen compromisos y mecanismos de financiación para ayudar a superar las carencias que tienen las pequeñas empresas. Su menor productividad del trabajo con relación a las grandes que se deriva de la menor intensidad del capital o el tamaño más reducido de su demanda que les impide alcanzar amplias economías de escala y experiencia. Además cuando la innovación y la internacionalización juegan un papel clave para competir en el mundo, es preciso apoyarlas en estas actividades.

Las pymes deben comprometerse con la innovación mediante acuerdos, clusters, y colaboraciones con centros tecnológicos y universidades y hay que ofrecerles soportes para que se enfrenten al reto de la internacionalización estableciendo redes, alianzas con otras empresas de su tamaño o mayores que tengan experiencias de actuación en mercados internacionales. Las pymes fueron las primeras en percibir las dificultades y la profundidad de la recesión y sólo cuando se reconozcan en la recuperación, podremos pensar que las mayores dificultades han sido superadas. Por eso hay que actuar para reforzarlas.

 

Institución Futuro
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