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El Gobierno de Navarra presentó hace pocas semanas el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2025. 

Dada la importancia del citado Plan, tanto para la economía y la empresa navarra, como para el desarrollo de la región, Institución Futuro lo ha analizado en profundidad.

Por desgracia, el Plan carece de un diagnóstico claro de la situación actual y de cómo ha ido evolucionando desde el anterior 2017-2020. 

Se echa en falta un análisis de los resultados obtenidos. 

Muchas, que no todas, de las medidas planteadas en el actual Plan ya estaban incluidas en el anterior, por lo que conocer su grado de eficiencia puede ayudarnos a optimizar los recursos de los que disponemos.

Si a esto le sumamos la indefinición en el presupuesto asociado al proyecto y, por lo tanto, la escasa priorización de las medidas propuestas, resulta muy difícil valorar su idoneidad y efectividad.

Cabe destacar, además, que un plan operativo a solo cuatro años, más aún estando ya en el año 2022 y sin contar con una versión definitiva, no visualiza el trabajo que se pretende hacer. Entendemos que el plan debiera perseguir el objetivo de conocer cómo nos queremos ver en los próximos diez años (no cuatro). 

Un aspecto al que, desde el punto de vista de Institución Futuro no se le otorga la importancia que merece es la especialización, sobre todo pensando en la masa crítica de nuestra región.

En el lado positivo cabe destacar las medidas orientadas al desarrollo de la innovación en Pymes, que sí resultan acertadas si se cuenta con los fondos suficientes para llevarlas a cabo. Es precisamente el área de la innovación en la pequeña empresa, donde más flaquea Navarra y por tanto, donde más recorrido de mejora existe. 

El Plan otorga una gran relevancia al desarrollo de infraestructuras tecnológicas.

Igualmente promueve que se invierta en colaboración. 

Y también consideramos positivas las alianzas estratégicas, una medida novedosa no tenida en cuenta hasta ahora. 

Institución Futuro
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