“La fiscalidad es un elemento importante para atraer inversiones, empresas y generar empleo. No se puede minimizar su importancia. Depende de cómo se utilice, puede ser para bien, para favorecer el crecimiento y la competitividad regional, o para mal, para lastrar y empobrecer.
Navarra cuenta con autogobierno para el área fiscal a través del Amejoramiento del Fuero. Éste debe ser empleado con responsabilidad y comprender que, por sí mismo, no garantiza el desarrollo de la región.
Explico todo esto a cuenta de que ayer se hizo público en la CEN el informe “Mejora en la competitividad fiscal de Navarra”. El documento incluye varias propuestas de medidas fiscales centradas en el crecimiento, el desarrollo económico y la atracción de inversión y empresas a la comunidad.
Las propuestas concretas sobre el Impuesto de Sociedades, el IRPF (cuya campaña en Navarra recordemos que empieza el 12 de abril), el Impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones deberían tenerse en cuenta por los candidatos a las próximas elecciones autonómicas. Y si se lograra alcanzar un gran pacto… cómo lo agradecerían las empresas, que buscan a toda costa seguridad y estabilidad jurídica.
Sin entrar en el debate de si la competencia fiscal entre regiones se ha convertido en una carrera por bajar impuestos, sí que llama la atención que nuestros vecinos del País Vasco parecen estar en una situación fiscal francamente ventajosa cuando se les compara con nosotros.
Vuelvo a mi idea inicial. Aprovechemos nuestro autogobierno para ayudar a nuestra tierra y ojo con ver a la empresa como en enemigo a batir, o exprimir fiscalmente, en vez de escuchar y atender sus necesidades. Por el bien del empleo”.