
El estudio destaca también que hay un notable incremento del gasto corriente, en torno al 13,72 por ciento, lo que generará mayores compromisos en el futuro, condiciona la estabilidad presupuestaria y no contribuye a la mejora de la competitividad. Hay que contar con que una evolución económica negativa de Navarra podría reducir la capacidad de inversión pública, aunque la Comunidad Foral dispone de recursos para invertir a través de sus principales empresas públicas, como Sodena o Sprin.
El presupuesto prevé un gasto por ciudadano de 6.653 euros, que en su mayor parte se dedicará a sanidad, educación, solidaridad territorial y pensiones y servicios sociales. También hay una parte importante dedicada a actuaciones económicas, industria e I+D+i. Con respecto a los ingresos, el informe entiende que la estimación presupuestaria resulta ajustada, ya que la recaudación fiscal de los años 2005 y 2006 ha sido positiva. Cada navarro aporta una media de 5.501 euros a los PGN. No obstante, es negativo que se produzca un incremento de la presión fiscal relativa.
El Profesor Rubio también valora que haya existido cierta estabilidad a lo largo de la legislatura, tal como se reconoce en la buena calificación que Standard & Poors otorga a la deuda pública (AA+). Sin embargo, el equilibrio puede romperse por el empuje de algunas partidas de gasto, como la de sanidad, o por la pérdida de fondos procedentes de la UE, que descenderán en un 54 por ciento.
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