Dinero, Extra 30 aniversario, mayo de 2009
Cristina Berechet – Investigadora Principal del Think Tank Institución Futuro y el Centro para la Competitividad de Navarra.
Lo bueno de la crisis económica son los replanteamientos de la política y estructura económica que surgen inevitablemente a raíz de los periodos de recesión económica, ya que los años de bonanza no parecen generar los incentivos necesarios para el cambio o la reflexión.

Son las preguntas que la sociedad se hace sobre el modelo económico las que siembran las semillas de los nuevos modelos de crecimiento y de generación de riqueza. La crisis estimula nuestro lado creativo e innovador y, por ello, muchos economistas, políticos, catedráticos, representantes de la sociedad civil nombran la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) como elementos clave para el cambio de modelo económico y para la generación de riqueza.

Parece ser que tanto en Europa como en España, la crisis económica ha reavivado el debate sobre la I+D+i, de modo que el año 2009 ha sido nombrado por la Comisión Europea el año europeo de la Creatividad y la Innovación. Sin embargo, que ello sea posible depende de nosotros, de la sociedad civil y del apoyo y la voluntad política.

No obstante, los últimos datos publicados sobre la innovación en la Unión Europea (UE) no nos presagian buenos augurios. Un año más, España se sitúa en el grupo de países con una “innovación moderada”, por debajo de la media de la UE-27, ocupando el puesto 19 en el Índice Sintético de Innovación, sin mejorar su posición relativa frente a los países de su mismo grupo como Italia, Grecia, Portugal, Noruega, República Checa, Chipre, Islandia, Estonia y Eslovenia.

Los resultados mediocres se manifiestan especialmente en las áreas relacionadas con las empresas como la inversión empresarial, la cooperación y la actividad emprendedora. Estos datos resultan preocupantes, dado que son las empresas donde se genera innovación y donde se crea valor. Por lo que resulta a todas luces necesario fomentar una mayor cultura de la cooperación e innovación empresarial como fuente de mejora de la productividad y la competitividad de nuestra economía.

 

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