La cobardía para acometer la cirugía que precisan sus males está aumentando los problemas. Unas actuaciones gubernamentales tibias, unidas a unas fuertes resistencias de franceses y alemanes a renunciar al Estado Providencia, están propiciando un estancamiento económico de difícil salida.
Uno de los factores a los que se achaca la baja competitividad gala y teutona es la sangría de unos beneficios sociales excesivos, en los que la gratuidad estimula un consumo innecesario. Además, la carencia de líderes provoca una pérdida de confianza que inmoviliza los recursos y frena el consumo.
Suecia, país que hace unas décadas era el ejemplo del Estado de Bienestar, fue el primero que acometió el recorte del gasto público. Su modelo era insostenible, razón por la que impulsó reformas que favorecieron la sustitución de la dictadura de la Administración por la iniciativa ciudadana.
Inglaterra, aunque tiene una situación económica aceptable, navega demasiado despacio para los tiempos que corren. El influyente think tank británico Institute for Economic Affairs (IEA) ha publicado el informe Cutting tax rates equals higher revenues and higher growth. El trabajo propone una reducción de impuestos y de gasto público, políticas a las que atribuye un doble beneficio: una mayor recaudación de Hacienda y un mejor bienestar social. El estudio, aunque enfocado al Reino Unido, contiene muchas ideas valiosas para todo gobernante que pretenda espolear el desarrollo económico.
Las propuestas del IEA no son un brindis al sol. Países tan distintos como Suecia, Irlanda y Chile han demostrado que el descenso del gasto público ha favorecido la prosperidad de ciudadanos y países. Cuando el Estado nos resuelve la vida nos sale más caro que cuando nos la solucionamos nosotros; de otro lado nos proporciona la solución única, porque la Administración, cual gran hermano, nos trata como súbditos mostrencos, arrogándose una tutela a la que no tiene ningún derecho.
El secuestro de las cualidades que diferencian a los ciudadanos (manifestación genuina del ejercicio de la libertad), mediante la imposición de una solución igualitaria, destruye las potencialidades más nobles que encierra cada persona. El destino de un pueblo que se aferre al estado nodriza es el reino de la mediocridad.
Tema cada vez que los políticos le hablen de que ahora le van a dar algo gratis. Lo que le están diciendo es que, consuma o no ese beneficio social, se lo van a cobrar obligatoriamente vía impuestos. Por ello lo mejor es utilizar el servicio, aunque no sea de su agrado o no lo necesite; mejor consumir a que se lleven nuestro dinero sin que nos den nada a cambio. Otra consecuencia de la gratuidad es el descenso de la calidad del servicio conforme se amplía su consumo.
Otra política que favorece el despegue de la economía es la tarifa plana de impuestos. La Heritage Foundation ha publicado un voluminoso trabajo que defiende esa propuesta como la más acertada para despertar tanto el dinamismo de la economía como una mayor recaudación de tributos. Los países del Este de Europa son una demostración irrefutable del acierto de esas medidas. Algunos de ellos están consiguiendo tasas de crecimiento del 6%, mientras que los países con mayores cargas impositivas alcanzan un 1%.
Otro referente es que los países con bajos impuestos duplican su PIB en seis años, mientras que a los que tienen una escala excesivamente creciente tardan setenta años para el mismo objetivo. Respecto al volumen de la recaudación, los Países Bálticos son una buena demostración de que se consigue más dinero con una tarifa plana del 15% en una economía dinámica que con una tarifa del 50% en una economía estancada.
Por último añadir una razón más del deterioro económico que implica un sistema tributario complejo y agresivo: el coste que implica la propia gestión recaudatoria.
Una buena parte de lo recaudado se lo comen los funcionarios de Hacienda. Es increíble que los nuevos miembros de la UE, todos ellos partiendo de unas condiciones macroeconómicas lamentables, nos estén dando lecciones de cómo se pude construir país mediante políticas tributarias estimulantes
Expansión, 20 de agosto de 2005
Julio Pomés, Director de Institución Futuro
¿Dónde España puede inspirarse para relanzar su economía? Echemos un vistazo en Europa. Alemania y Francia tienen sus economías en mala situación.
¿Dónde España puede inspirarse para relanzar su economía? Echemos un vistazo en Europa. Alemania y Francia tienen sus economías en mala situación. Aunque ambos países han comenzado a aplicar algunas medidas, éstas parecen insuficientes dada la gravedad de sus crisis.