El
Observatorio de la Realidad Social, dependiente del Gobierno
de Navarra, ha publicado hoy el "IV Informe sobre la
pobreza y la desigualdad en Navarra". En él
se confirma que en 2019 Navarra fue la CCAA con la Tasa
Arope (At Risk Of Poverty and/or Exclusion) más reducida
de España, seguida de País Vasco. Por el contrario
Extremadura y Andalucía reflejaban las tasas más
elevadas.

La
evolución en los últimos diez años
de la Tasa Arope ha tenido una evolución desigual
entre las CCAA, con Baleares y Canarias encabezando las
mayores mejoras. Por su parte Aragón, Asturias y
Andalucía han visto cómo su población
en riesgo de pobreza o exclusión aumentaba significativamente
de 2009 a 2019. A excepción del año 2018,
Navarra ha presentado durante toda la serie mostrada la
tasa más baja en comparación con el resto
de CCAA.

La
medición del riesgo de pobreza y exclusión
social combina tres magnitudes: Renta, Privación
Material Severa (PMS) e Intensidad de trabajo, esto es,
población con baja intensidad de trabajo por hogar
(BITH). A continuación se incluyen los datos de Navarra,
que muestra una clara mejora en estos indicadores.

Otro
aspecto que refleja el informe del Observatorio de la Realidad
Social es la incidencia del desempleo en los hogares navarros.
Se observa que desde 2013 se lleva produciendo un continuo
descenso tanto del número de hogares en los que todos
sus miembros activos se encuentran en situación de
desempleo como de aquellos hogares en los que la persona
de referencia está parada, aunque todavía
no se han alcanzado las cifras de 2008. Por su parte, la
evolución de los hogares sin ingresos “normalizados”
(aquellos que no tienen ingresos procedentes de rentas de
trabajo, pensiones o prestaciones por desempleo) muestra
un leve repunte en 2019.
Asimismo,
se comprueba que desde 2008 hasta 2018 ha habido un aumento
de los hogares beneficiarios del sistema navarro de rentas
mínimas (Renta Garantizada) aunque en 2019 se observa
un ligero descenso.

Este
informe no recoge la incidencia social de la pandemia por
la COVID-19 en España ni en Navarra. Seguramente
pasarán uno o dos años hasta que se conozcan
con detalle los efectos de esta crisis en cuanto a las tasas
de pobreza y otros indicadores de desigualdad.
De
lo que no podemos tener duda es que para lograr la inclusión
de las personas en situación de pobreza severa, la
obtención de un empleo es clave. Ojalá las
medidas sanitarias, tan necesarias en estos momentos, resulten
lo más compatibles posibles con la actividad laboral.
