Diario de Noticias, 18 de diciembre de 2006
Fernando San Miguel, autor del estudio “El sistema de I+D+i en Navarra”
La investigación, el desarrollo y la innovación prosiguen su batalla particular para encontrar un sitio en el vocabulario cotidiano de las empresas. El doctor en Economía Fernando San Miguel intenta, a través del estudio ‘El sistema de I+D+i en Navarra’, explicar su implantación en la comunidad.
¿Cuál es el principal objetivo del estudio ‘El sistema de I+D+i en Navarra’?

El objetivo del libro es conocer con más detalle la situación actual de la investigación, el desarrollo y la innovación en Navarra. Pretendemos ir un poco más allá de una cifra concreta sobre un tema general. Además, queremos comparar Navarra con un marco europeo en el que las empresas van a ser competidoras directas de las industrias navarras. Por último, pretendemos conocer si realmente las empresas están utilizando los recursos que la Administración Foral está poniendo en sus manos.

¿La inversión en I+D+i constituye una obligación en la sociedad actual para no perder el tren de la competitividad?

Desde luego. Partimos de la base de que hay dar este paso. Las estrategias competitivas de las empresas tienen que cambiar, y lo que antes servía para competir y nos iba bien, ahora ya no. Cuanto antes demos estos pasos y cuanto antes nos pongamos en una posición de distinción o de liderazgo respecto a los competidores, mejor. Si no lo hacemos estaremos iniciando una carrera que otros ya llevan un tiempo completando. En este sentido, creo que estamos dando pasos importantes, sobre todo en el impulso de nuevos sectores, como las energías renovables, la biotecnología y la nanotecnología. Esto lleva tiempo, y no podemos pasar a liderar sectores en cuatro años.

¿Qué garantiza que Navarra vaya a invertir el 3% del PIB en I+D+i para el año 2010?

Es un objetivo que se establece desde Europa, ya que la UE considera que si queremos competir con otros mercados tenemos que llegar a esta cifra. Por lo tanto, el 3% del PIB refleja que estamos en una situación en la que vamos a poder competir mejor con las principales potencias. Es un camino que nos va a permitir competir.

Aunque resulte complicado establecer una comparativa en implantación de I+D+i, ¿Navarra está más cerca de la UE o del resto de las comunidades de España?

Estamos por encima de la media española y nos estamos acercando a países desarrollados en innovación. Lo que pasa es que generalizar es difícil, ya que existen sectores en los que vamos muy bien y podemos enseñar a los alemanes y a los ingleses, y otros en los que nos llevan ventaja. Estos desajustes se dan por cuestiones de tradición, trabajo y otros mil motivos diferentes. Hay que matizar por sectores y manteniendo un espíritu crítico.

¿En qué sectores tiene Navarra más margen de mejora?

Hay sectores más maduros como la maquinaria y la automoción en los que es más difícil innovar y obtener una ventaja. Pero nos estamos adelantando en las energías renovables, donde las iniciativas han sido pioneras. Ahí vamos a poder competir mejor. Hay sectores más difíciles para diferenciarse.

¿Cree que existen empresarios a los que la I+D+i les suena a algo desconocido?

Creo que sí. Hay empresas que ven la I+D+i como al señor de la bata blanca. Ven que llevan 20 años haciendo lo mismo, que no tienen un título y, en ocasiones, les asusta un poco hablar con un doctor o un ingeniero. Aquí debería entrar el centro tecnológico para adaptar el trabajo del día a día de la empresa a la investigación. Tenemos que comprender que la innovación no tiene que ser el diseño de un nuevo robot, a veces la I+D+i consiste en posicionarse en un segmento distinto o en distribuir los propios recursos humanos de una manera diferente. Somos conscientes de que, hoy en día, hay empresas a las que la I+D+i les queda un poco lejos. Esto lleva tiempo, y serán las propias condiciones del mercado las que les hagan dibujar algún cambio. Nosotros damos recomendaciones muy alegremente, pero sabemos que es el empresario el que maneja una cuenta de resultados y el que sabe qué tiene que arriesgar.

¿Qué responsabilidad tienen las universidades a la hora de introducir sus avances e investigaciones en el tejido empresarial?

Es una pregunta importante. Hay gente que defiende un papel más activo de las universidades y que sus resultados e investigaciones no se queden en una publicación en una estantería, pero también hay personas que creen que deben generar nuevos productos e iniciativas empresariales. Yo creo que la universidad tiene que desarrollar la investigación básica, porque es la que cuenta con el personal cualificado y con los medios necesarios. La aplicación hacia la empresa debe ser parte del trabajo del centro tecnológico, aunque no quita para que la universidad también pueda alimentar esa interacción.

Institución Futuro
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