Lunes 10 de abril de 2006, 19 horas, sede de Institución Futuro
Jesús Huerta de Soto, Catedrático de Economía Política
Jesús Huerta de Soto es Catedrático de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos y uno de los principales autores de la escuela austriaca de economía. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, posee un MBA por la Universidad de Stanford. Le han sido otorgados el Premio Internacional de Economía Rey Juan Carlos y el Premio Adam Smith del Centre for the New Europe.
La exposición del Catedrático, enmarcada en el ciclo de encuentros organizados por Institución Futuro, analizó el lunes, 10 de abril, la crisis del Estado y su negativa influencia en la ‘empresarialidad’. Según Huerta de Soto, muchos consideran que el Estado es el padre de la garantía y la tranquilidad para la sociedad, pues vela por sus intereses. Sin embargo, de acuerdo con el ponente, el Estado es en realidad una amenaza porque hace que el ser humano se desentienda de sus responsabilidades y delegue mucho en él. Además, cuestionó la efectividad de los gobernantes, quienes “no pueden hacerse con la información de primera mano necesaria para dar contenido coordinador a sus mandatos”, de ahí que “debiera ser la sociedad y no el Estado la que se enfrentara a las inseguridades del futuro”. Sobre los políticos, añadió que los líderes se ven abocados a tomar decisiones perversas y a corto plazo.

Respecto al valor que se le otorga a la información, Huerta de Soto criticó el endiosamiento del conocimiento científico, al que se le atribuyen cualidades que en realidad no posee. “Se piensa que la ciencia es capaz de solucionar todos los problemas a través de expertos y que por tanto el Estado, ayudado por esos especialistas, solucionará todos los problemas de la sociedad”. Sin embargo eso no ocurre, “porque la información práctica de la que depende el éxito de nuestra vida no se puede aprender de los libros”. Por eso, el Catedrático apuntó el gran daño que los sistemas educativos estatistas modernos están causando, porque “las universidades no pueden enseñar a los alumnos a ser empresarios, no pueden darles el know how”. “El presuponer, como se hace en muchas facultades para explicar diversas teorías económicas, que toda la información está dada y no cambia, supone no entender que el proceso social nunca se detiene”.

El Catedrático calificó la acción empresarial de creativa, “porque el ser humano se diferencia de los animales en su capacidad creativa”, y coordinadora, “porque todo desajuste o descoordinación social es una oportunidad de beneficio empresarial”. Añadió que todas las personas están dotadas de una innata capacidad empresarial, que supone “poder darnos cuenta de las situaciones de ganancia que surgen a nuestro alrededor y aprovecharnos de ellas”. La función empresarial, según el ponente, se ejercita no sólo en el ámbito mercantil, sino también en áreas artísticas, filantrópicas, políticas, académicas, etc. “El ejemplo más claro de empresario es la madre Teresa de Calcuta, porque detectó un fin que para ella era importante, ayudar a los más necesitados, y buscó medios para conseguirlo”.

En lo referente al acto empresarial, Huerta de Soto lo definió como competitivo, “porque la oportunidad de ganancia que se aprovecha al detectar un desajuste ya no se puede reutilizar otro”. Esto no quiere decir, sin embargo, que una vez que todas las oportunidades de ganancia se encuentren, el proceso empresarial se detenga: “de acuerdo con el modelo del big bang social, la expansión sin límite del conocimiento impulsado por la empresarialidad genera nuevas oportunidades de negocio”.

El Catedrático cerró su exposición explicando que si bien no se puede desmontar al Estado de golpe, lo que sí se puede hacer es dividirlo en pequeñísimas piezas. “La descentralización y el nacionalismo liberal son la forma de disminuir el poder del estado”. Si se materializan estas tendencias, según el ponente “en dos siglos los Estados serán una reliquia”.

Share This