El trabajo, con datos oficiales de 2004, se completó con encuestas a 85 inmigrantes autónomos. El estudio señala que la mayoría son varones menores de 40 años, con estudios secundarios o inferiores, que provienen de China, Ecuador y África. Un 77% lleva más de cinco años en España.
Los encuestados decidieron crear sus empresas para mejorar su situación laboral y no por vocación. La mayoría de las empresas creadas radican en las ciudades más importantes (Pamplona y Tudela) y están relacionadas con la construcción, industria y actividades agrarias (30%) y servicios de comercio y hostelería (60%). Por subsectores, el comercio al por menor es preponderante (35,3%), por encima de la construcción (31,6%) y la hostelería (7,9%).
Los africanos son los que más orientan su actividad a clientes de su comunidad. El 76% cree que su negocio se mantendrá o crecerá en el futuro y sólo el 20% reconoce haber empeorado. Un 60% ha cumplido sus expectativas y asegura que no dejarían su empresa por un trabajo asalariado.
Sus principales dificultades son el idioma, la falta de información y la burocracia. Acuden antes a los ayuntamientos que a las cámaras de comercio o entes financieros para iniciar su actividad. Aunque estos inmigrantes crean empleo, éste suele ser de baja cualificación y temporal. Sólo un 50% de los encuestados había creado otros puestos de trabajo (140 en total) y el 76% no esperaban contratar más personal.
Un dato que no apoya el perfil de los empresarios inmigrantes descrito por la literatura económica es la escasa utilización que hacen de las redes sociales para iniciar su negocio. El 92% de los entrevistados no pertenecía a ninguna asociación. La mayoría describió como moderado el nivel de competencia.