Hace unos días el vicepresidente de Institución Futuro, Miguel Canalejo, publicaba un artículo de opinión que llevaba por título “Navarra va bien, pero podría ir mejor“. El texto destacaba que “Navarra ha pasado de liderar muchos de los rankings económicos nacionales a encontrarse, tras dos años del nuevo gobierno, en un declive paulatino del que parece difícil salir si no se toma conciencia del mismo y de las razones que nos han llevado a él, y se emprenden los cambios necesarios”.
Pues bien, la semana pasada el Instituto de Estadística de Navarra publicó los datos del Índice de Producción Industrial (IPI) que, por desgracia, vienen a confirmar la tesis del citado artículo. En el mes de julio el IPI en Navarra cayó de 110 a 81,1, una bajada que suele producirse todos los veranos. La preocupación viene cuando se compara la evolución del IPI nacional, que pasa de 106,1 en junio a 103 en julio, tal y como puede comprobarse en el siguiente gráfico.
Es decir, Navarra sufre una caída de -26,3% mientras que nivel nacional ésta es de solo el 2,9%. Este descenso es el mayor que se produce en Navarra desde agosto de 2015.
Merece la pena destacar que, tal y como indica el Instituto de Estadística de Navarra. “el Índice de Producción Industrial de Navarra es un indicador que mide la evolución mensual del valor añadido bruto de la industria navarra. Se considera, además, un indicador coyuntural fundamental dentro del análisis económico, puesto que permite observar de forma rápida y resumida la evolución de la actividad industrial”.
A este hecho se suman los malos resultados del Indicador de Clima Industrial. La evolución del mismo desde 2016 muestra cómo si bien a principios del citado año la confianza de los empresarios industriales navarros estaba muy por encima de la media nacional y europea, desde que comenzó 2017 ésta se halla por debajo de la media nacional (excepto este último mes de julio, debido a una gran bajada en la confianza industrial nacional, no a una gran subida de la navarra).