Un año más, el informe “Young Business Talents España 2018”, publicado por ESIC, identifica las actitudes y tendencias de los jóvenes estudiantes preuniversitarios españoles en lo que a su futuro laboral se refiere.
Así, se comprueba cómo los españoles son los que menos intención de emprender tienen de los países del sur de Europa, con un 37,56%, frente al 51,3% de Grecia y Portugal.

A nivel nacional, el 26,79% de los jóvenes planea ser funcionarios -prácticamente el mismo porcentaje que los años precedentes- y el 35,68% quiere trabajar para una empresa.

El análisis por CCAA permite ver las diferencias al respecto. Los catalanes son los que parecen tener el mayor espíritu emprendedor y los que menos quieren trabajar de funcionarios. Los navarros, que en esta edición del informe se han considerado junto con Aragón y La Rioja, poseen un espíritu emprendedor ligeramente superior a la media nacional.

¿Cómo se explica entonces que, a pesar de que los jóvenes navarros afirmen que quieren emprender, en la práctica Navarra esté desde el año 2008 por debajo de la media española en el índice TEA de emprendimiento y que en 2016 obtuviera su segundo peor dato de los últimos diez años?
