Expansión, 27 de enero de 2007
Julio Pomés, Director de Institución Futuro
¿Por qué el Partido Popular no saca más partido de los frecuentes desatinos en que incurre el Ejecutivo socialista? El último ejemplo es la frustrada negociación con ETA, cuyo episodio más grave ha sido el brutal asesinato de dos personas en Barajas.
Este grave error del Presidente no ha supuesto una caída en picado en las encuestas de intención de voto, sino un reducido descenso que será corregido en breve con la pícara política de ‘regate corto’ que practica Zapatero.
Sin duda los medios de comunicación afines al PSOE han contribuido a que el ‘roto’ no acabe en desgarrón, pero esta ayuda es insuficiente para justificar el aprobado de Zapatero en las encuestas. Siempre se le ha atribuido al centro-derecha su incapacidad para vender sus logros, carencia que va unida a no saber aprovecharse de los errores del adversario. Si el Partido Popular quiere ganar las elecciones debe hacer una autocrítica radical y mejorar su aproximación a los electores. Sugeriré algunas pautas para esa revisión de la estrategia.
Una primera causa del fallo de PP es que concentra toda su atención en hacer las cosas bien y se olvida de que ahora es absolutamente falso aquello que decían nuestras abuelas: ‘el buen paño en el arca se vende’. Hoy, tan importante como la calidad del producto es la mercadotecnia.
En la actualidad, es tan primordial demostrar que se tiene la razón como trasmitir los argumentos con emoción. Los ciudadanos votan tanto con el corazón como con la cabeza, y sentir la autenticidad del compromiso del político persuade más que eruditos discursos. Además de la implicación personal, hay que estar dispuestos a invertir mucho dinero para seleccionar a los mejores profesionales, tal como lo viene haciendo el partido rival.
Otro asunto en que el PP debe mejorar es un cambio de imagen y prescindir de los portavoces que han tenido un serio desgaste. Pondré un ejemplo. Admiro a Acebes, sin duda es una persona dotada de virtudes excepcionales, pero a la mayoría de los españoles su presencia en la pantalla les recuerda sus comparecencias en las vísperas en que se fraguó el fracaso electoral. Cuando una persona, por muy válida que sea, evoca un fiasco, es mejor retirarlo del primer plano y ponerlo a trabajar en el equipo mentor.
Otra clave de éxito suele ser liderar la iniciativa en el debate público, para lo que es fundamental ser rápido en tomar las decisiones en cuanto surgen las oportunidades. Un caso donde la parsimonia de Rajoy le hizo fracasar fue el reciente atentado de la T-4. El líder del PP debiera haberse presentado en un tiempo record en el aeropuerto y satisfacer la justa ira de todos los españoles convocando una manifestación contra la política negociar con ETA. Probablemente, en esa marcha se habría coreado el ‘Zapatero dimisión’, tras la que CIU y los canarios se habrían avenido a apoyar una moción de censura. No tomar con rapidez las decisiones motivó el que la manifestación fuera más un apoyo al Presidente del Gobierno que un castigo.
Otra sugerencia es la conveniencia de no fustigar en exceso al Gobierno con materias poco relevantes. Estar en bronca continua cansa a los ciudadanos y les mueve a desinteresarse por la política. Es mejor realizar menos ataques, pero cargarse de razón cuando se hagan para que éstos sean eficaces. Otro defecto del PP es la pérdida de sus elementos más valiosos cuando pierden las elecciones, algo que no ocurre en el PSOE.
En España las elecciones no se ganan, sino que se pierden. Si el PP quiere gobernar no le queda más remedio que ser eficaz en evidenciar los errores del PSOE, tal como lo hizo este partido en ocasiones anteriores. Concluiré diciendo que, aunque lo deseable sería que en los procesos electorales primara la razón sobre marketing, la realidad obliga a que nadie vote lo mejor si esto no se presenta atractivo.

Institución Futuro
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