Diario de Navarra, 16 de diciembre de 2008
Julio Pomés, director de Institución Futuro
Qué puede hacer Navarra dentro del marco de sus competencias para salir de la crisis? La estimación del mantenimiento del empleo y un crecimiento del 1,1% del PIB en los Presupuestos Generales de Navarra (PGN) no son creíbles. Las previsiones de FUNCAS para España indican un desempleo del 15,9% y un descenso del PIB del 1,5% (-2,6% de diferencial).
Mientras el Parlamento foral, en lugar de minorar los ingresos fiscales, al menos en los 58 millones reservados para enmiendas, mira hacia otro lado y continúa su actuación, a pesar de que sus señorías saben que la recaudación será muy inferior a la estimada. El miedo de nuestros políticos al miedo que puede despertar en los ciudadanos la insostenible situación de nuestras cuentas públicas, les está llevando a representar la figura de Don Tancredo, seguir como si no pasara nada, en lugar de encarar con responsabilidad el brutal ajuste que los PGN exigen.

Conviene advertir que el reciente pacto presupuestario apenas afecta a la causa esencial de la crisis: la falta de competitividad, tanto del sector público como del privado. Para lo que se han puesto de acuerdo UPN-CDN y PSN no es para aplicar las duras reformas estructurales que hacen falta, sino para dar buena imagen. Es incomprensible que no se atrevan a explicar a los ciudadanos que es obligado racionalizar los beneficios sociales para que haya más renta disponible y el consumo y la economía se dinamicen. Por si alguien no se ha enterado, la situación que vivimos responde a lo que dijo Lampedusa al final de su novela El gatopardo: “Todo tiene que cambiar para que esto siga igual”. O nuestros políticos son capaces de atreverse a la agresiva cirugía que exige la crisis, o nuestra región entrará en una dulce catalepsia. Cinco medidas recomendables podrían ser:

1. El Parlamento foral debe abandonar el habitual enfrentamiento partidista y convertirse en un órgano de cooperación para sacar Navarra adelante. En economía regional, cuando se impone la razón sobre la emoción, no hay más que un único camino para avanzar. Como dijo Felipe González: “No importa si son blancos o negros, lo que importa es que cacen ratones”. Es momento de ser pragmáticos y eficaces ante una adversidad económica histórica y abandonar polémicas estériles.

2. La productividad del sector público debe mejorar. Los funcionarios serían más eficaces si se evaluara su desempeño y se primara con incentivos económicos a los que trabajaran más y mejor. Un momento como el actual constituye una oportunidad para reducir el gasto corriente que ha subido un 45,6% entre el 2006 y el 2009. Lo mismo se puede decir de los gastos de personal, que han crecido un 26,3% en el mismo trienio y del aumento de altos cargos cuyo coste ha aumentado un 53% entre 2007 y 2009. También es preocupante que el Gobierno de Navarra sea más concesivo con las reivindicaciones de sus funcionarios que lo que lo son la mayoría de empresas privadas con sus trabajadores, quienes además no tienen el puesto de trabajo asegurado. Otro asunto que ahorraría dinero público y mejoraría la calidad de los servicios es la fusión de ayuntamientos, y en especial la integración de los de la comarca de Pamplona.

3. Las inversiones que debieran priorizarse son aquellas que favorezcan el establecimiento de empresas que generen empleo y riqueza, y por lo tanto ingresos fiscales. Respecto al gasto social, se debe ayudar a los que de verdad lo necesitan y hacen lo que pueden para valerse por sí mismos, pero no fomentar la despreocupación por encontrar empleo mediante mensajes que prometen resolvernos la vida. Por último, el fraude laboral debiera reprimirse con contundencia.

4. Lo dijo Zapatero en el Colegio de Economistas de Madrid y lo piensan, pero no lo dicen, la mayoría de los políticos: hay que establecer un copago sanitario que evite los permanentes abusos que tanto perjudican a la calidad y al coste de la sanidad. Se trata de establecer un pequeño desembolso por acto médico que disuada las consultas innecesarias.

5. Las tecnologías de la Información (TIC) suponen una menor burocracia y un ahorro de tiempo y dinero. Resulta insólito que una Comunidad con una posición privilegiada en el ranking de regiones europeas, la 38 entre 271, tenga una puntuación por debajo de la media española en la disponibilidad de las TIC en las relaciones entre la Administración y los ciudadanos (Informe Orange). Este dato contrasta con la excelente posición del uso de la informática que hace nuestra omnipresente Hacienda foral para controlar y recaudar tributos.

Nuestros políticos tienen en sus manos la duración que tendrá la crisis, su intensidad y la potencialidad de salir reforzados. ¿Podrá más la conveniencia personal o la audacia generosa por el bien de nuestra tierra? ¡Atrévanse! Pierdan el miedo al miedo. Navarra se lo agradecerá. ¿Dónde estaría el mérito si los héroes no tuvieran nunca miedo? (Alphonse Daudet).

Institución Futuro
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