Al igual que en el resto de economías y de Comunidades Autónomas, la crisis del Covid 19 se ha dejado sentir con fuerza en el mercado laboral de Navarra. Es más, el impacto ha sido relativamente mayor en la Comunidad foral, de modo que, en el tercer trimestre 2021, Navarra muestra un descenso en el ránking de regiones españolas con menor tasa de paro, hasta situarse en el séptimo lugar. Si bien nuestra tasa de paro del 10,70% está cuatro puntos por debajo de la española, este escenario es preocupante, ya que Navarra había venido siendo tradicionalmente una de las dos o tres CCAA con mejores cifras. Por supuesto, parte de la explicación reside en los acontecimientos tan inusitados que se han vivido en los dos últimos años. Ahora bien, conviene no perder de vista tendencias de medio y largo plazo que ya se están dejando sentir. Por un lado, sectores fundamentales para la economía navarra, con el automovilístico a la cabeza, experimentan cambios profundos. De otro lado, nos enfrentamos al desafío demográfico del envejecimiento de la población. Ambas realidades requieren de políticas de largo recorrido para lograr una adaptación que deberíamos basar en el diálogo y el acuerdo social más amplios posibles.