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Navarra es un infierno fiscal. No es opinable. Una comparativa evidencia que los impuestos en Navarra son los más altos de España. Pero no sólo es que Navarra sea un infierno fiscal pese a que el gobierno foral intente negarlo, es que es un infierno fiscal sin cielo, limbo, ni purgatorio. O sea, tan mentira es que no hay infierno fiscal como que los impuestos sólo se les suben a los ricos. Por el contrario, no hay escapatoria. Los impuestos en Navarra son los más altos de España para todos los tramos de renta. Lo de subir los impuestos a los ricos es lo que se dice desde los gobiernos para justificar las subidas de impuestos, pero después los impuestos se nos suben a todos. La razón es muy clara. Los gobiernos más voraces desde el punto de vista fiscal son los más gastones. Como en España en general y en Navarra en particular hay muchos menos ricos y con mucha menos riqueza de la que se nos vende, para subir significativamente la recaudación no basta con subir los impuestos sólo a los ricos, hay que subírselos a todo el mundo. Cuando un gobierno es gastón, no cabe esperar que los impuestos sean bajos, tampoco para los pobres. No hay infierno, limbo, purgatorio y cielo: con un gobierno de “progreso” todo es infierno.

Parece razonable que muchas personas quieran gozar de buenos servicios públicos. De eso se aprovechan los gobiernos para subirnos constantemente los impuestos. La gente quiere llegar a fin de mes pero también quiere buenos servicios públicos. A veces la gente olvida que no puede llegar a fin de mes si el gobierno le quita un pedazo demasiado grande de lo poco que gana, pero esa es otra. El caso es que la gente, aunque quiera buenos servicios públicos, suele ser poco exigente con el gobierno. Para mejorar los servicios públicos hay tres caminos. Primero aumentar el tamaño de la economía. En vez de quitarme un 50% de tarta, haz una tarta el doble de grande y quítame sólo el 25%. Esto es lo que ha hecho Irlanda. Pero claro, es más fácil quitarle a la gente más sueldo que hacer crecer la economía. Para hacer crecer la economía hace falta ser un buen gobernante, cualquier patán puede en cambio subir los impuestos.

Otra forma obvia de mejorar los servicios públicos con el dinero disponible es gestionarlo con más eficiencia. Hay quien para conseguir lo mismos resultados necesita gastar 900 euros en vez de 1.000 ó 1.200 euros. Al primero le llamamos buen gestor, al segundo gestor promedio y al tercero gobernante de progreso.

Para cuando un gobernante tiene que subirnos los impuestos para mejorar los servicios públicos, que es la tercera forma de hacerlo,  los ciudadanos deberíamos estar acostumbrados a exigir primero su cabeza o que antes haya intentado gestionar con la máxima eficiencia o hacer crecer la economía. Cuando en Navarra o en España se nos suben los impuestos, ¿alguien tiene la impresión de que ya es imposible gestionar mejor el presupuesto? ¿Que nuestros gestores son inmejorables? Por el contrario, la impresión generalizada es que cuanto peor gestiona un gobierno el presupuesto y más estancada tiene la economía, más sube los impuestos para compensar su inutilidad y su mala gestión. Por supuesto al subir los impuestos se asfixia más la economía, con lo que la pescadilla se muerde la cola, el proceso se retroalimenta y el problema se eterniza. Pero nos han acostumbrado a eso. Como la respuesta para todo es el comodín de la Sanidad y Educación ya no nos rebelamos cuando nos suben más impuestos. Tampoco entendemos por qué no prosperamos y cómo con esta filosofía nos hemos quedado estancados, ni que estancando la economía nunca podremos tener realmente una buena Sanidad ni Educación. Sólo tenemos una oportunidad de quejarnos cada cuatro años y no la sabemos aprovechar. Nos descuidamos un poco e incluso salimos al balcón con cacerolas a festejar al gobierno, nuestra pobreza y su infierno. 

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