Bajar impuestos no significa que se recaude menos. Si se hace con criterio se potencia la actividad económica, lo que implica más empleo y de mayor calidad.
Hace pocos días se presentó la novena edición del Panel Tendencias Navarra, publicado por CoCiudadana. Basado en las respuestas de 222 panelistas de áreas tan diversas como el mundo empresarial, universitario, con responsabilidad institucional, Administración pública, organizaciones sociales, comunicación y profesiones liberales, el informe busca aportar sentido y significado a nuestro contexto social desde una perspectiva cualitativa.
A este grupo de personas, socialmente relevantes en la Comunidad Foral, se le ha preguntado sobre diversas materias y sus opiniones deberían ser escuchadas y tenidas en cuenta. Posee especial relevancia el capítulo del informe dedicado a la satisfacción con los servicios públicos. La sanidad ha sufrido una fuerte caída de 2015 (73% con satisfacción alta) a 2023 (tan solo un 40%). Lo mismo ocurre con las infraestructuras, un área clave en el que Navarra siempre flaquea. En este caso, los expertos no están satisfechos con las mismas, como se demuestra al haber caído su percepción positiva del 59% en 2015 al 35% en 2023.
También resulta preocupante el que más del 43% considere que los impuestos no se gestionan de manera eficaz. Lo que me lleva inevitablemente al área fiscal: Navarra está teniendo una recaudación récord, debido sobre todo a los altos niveles de inflación y a las subidas tributarias, principalmente por el hecho de no haber deflactado la tarifa del IRPF. En la presentación del Panel la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, insistió en que Navarra no va a ser una región competitiva a base de bajar impuestos. “A nadie nos gusta pagar impuestos, pero si queremos ser la región donde mejor se vive y queremos mantener unos servicios públicos excelentes, esto no se puede hacer bajando impuestos”, afirmó.
Permítanme que niegue la mayor. Bajar impuestos no significa que se vaya a recaudar menos. Si se hace con criterio, se logra potenciar la actividad económica, lo que implica más empleo y de mayor calidad conseguiremos tener más cotizantes con bases impositivas superiores y en consecuencia mayor recaudación. La alternativa de recaudar más a base de exprimir al contribuyente no debería ser admisible, aparte de tener poco recorrido.
Los panelistas insisten en que uno de los principales retos a los que se va a tener que enfrentar Navarra en los próximos años, además del envejecimiento poblacional, es la mejora de la eficacia y eficiencia de la Administración Pública. La tarea que le ponen al Gobierno pasa por atraer inversiones, dinamizar e internacinalizar la economía, reducir la presión fiscal y apostar por el Canal de Navarra y el TAV.
Sin embargo, pocos de estos mensajes, por no decir ninguno, se escucharon en la presentación de la Presidenta. La inversión extranjera que recibió España en el primer semestre de 2023 fue de casi 12.000 millones de euros con una bajada importante respecto del año 2022. ¿Saben cuántos correspondieron a Navarra? 3 millones, el 0,025%. ¿Conocen cuánto tardará en llegar el TAV a Pamplona si seguimos al mismo ritmo de inversión? 35 años. Y 60 hasta acabar todo el corredor navarro. ¿Adivinan cuál es la única región española cuya tasa de paro está a día de hoy peor que hace cuatro años? ¿Y en la que el ciudadano medio paga más en IRPF a pesar de contar con las herramientas para poder revertir la situación? ¿La CCAA con el peor impuesto sobre la renta, según el recién publicado Índice de Competitividad Fiscal? Y podríamos seguir…
Ya no valen los populismos de que querer reformar la fiscalidad implica de manera inexorable despedir a médicos o a profesores por falta de recursos. Pedir una fiscalidad atractiva, teniendo en cuenta que competimos con otras 19 regiones (15 comunidades autónomas y las tres diputaciones vascas), no significa fomentar el dumping fiscal, sino querer poner en valor nuestro trabajo y nuestro dinero. Hace unos días me hablaban de una nueva empresa con gran potencial tecnológico que se había planteado establecer su sede en Navarra. Finalmente encontró más ventajas con nuestros vecinos vascos: le pusieron más facilidades en el área fiscal, en el administrativo, en el “aterrizaje” de su personal… Se sintieron bienvenidos. Seguro que más de uno conoce casos similares. Esto no pasaba antes. Para conseguir que Navarra sea competitiva debemos tener la capacidad de atraer personas y empresas y no estamos haciendo lo suficiente.
Un último dato de CoCiudadana: casi el 50% de los panelistas considera que en Navarra se pagan más impuestos que en los países más avanzados de Europa (frente al 11% que lo creía así hace ocho años). ¿Pero creen ustedes que tenemos los mejores servicios públicos de Europa? Con el autogobierno que posee nuestra tierra, los navarros nos merecemos la eficiencia pública y la eficiencia fiscal.
José María Aracama Yoldi Presidente del think tank Institución Futuro.