En concreto, el Embajador destacó tres áreas en las que hay que trabajar si se quiere salir de la crisis. La primera, la consolidación de los presupuestos, para limitar el endeudamiento público. Dado que el déficit en España en 2011 fue del 9,44%, indicó que aún queda camino para ser austeros. Añadió que una economía no puede gastar más de lo que ingresa, "eso es puro sentido común". En segundo lugar, subrayó que ha de mejorarse la coordinación de la política europea de los países de la zona euro; y, por último, incidió en el necesario fortalecimiento de la competitividad de las empresas y la generación de crecimiento y empleo.
Respecto a la situación económica española actual, la comparó con la alemana en 2002 y 2003, cuando en dicho país se aplicó una reforma laboral, sanitaria y del sistema de pensiones que, junto con una férrea disciplina fiscal y el incremento del presupuesto en innovación, logró que Alemania saliera de la crisis dos años después. Admitió, eso sí, que Alemania realizó las reformas en un contexto financiero más tranquilo, lo que sin duda ayudó a las mismas. Silberberg considera que España saldrá de la crisis, y que los primeros "brotes verdes" podrían comenzar a verse a finales de 2013. Pidió por ello paciencia, "porque los problemas acumulados durante diez años no se resuelven en el corto plazo". Señaló, además, que la recuperación va a exigir a las empresas españolas una apertura externa mucho mayor.
Asimismo, el Embajador habló del rescate al sector bancario español, que calificó de "fundamental, porque sin él no hay crédito". Por ello, la semana pasada se aprobó en el Consejo Europeo una hoja de ruta para tener control bancario y la refinanciación futura de la banca. El Embajador dejó claro que la refinanciación de la banca no sea de manera retroactiva.
En referencia a la burocracia de la Administración, incidió en que España ocupa en el recientemente publicado estudio del Banco Mundial "Doing Business 2013" el puesto 44 de un total de 185 países en lo referente a las facilidades para hacer negocios, y el puesto 136 entre los países con facilidades para poner en marcha una compañía, por lo que "existe aún margen de mejora". Por otro lado, señaló que una de los mayores valores de las empresas españolas es su gran creatividad.
Destacó además que las compañías alemanas necesitan ingenieros, médicos y expertos en telecomunicaciones, y que el gran problema a la hora de buscarlos en España es que aquí el alemán no es un idioma obligatorio en la enseñanza. Subrayó que España es un país interesante para invertir para los alemanes, cuyas 1.100 empresas instaladas en nuestro país tienen una facturación de más de 70.000 millones de Euros lo que equivale al 7% del PIB español.
Preguntado por la Formación Profesional y por lo que España podría aprender de Alemania en ese campo, Silberberg indicó que para aplicar la formación dual alemana sería necesaria una mayor flexibilidad y un cambio de mentalidad en las empresas y en la sociedad. En las empresas, porque éstas deben ser generosas a la hora de formar a los estudiantes durante varios años aunque luego no se queden en sus compañías; y en la sociedad, que debe prestigiar más estos estudios.
Asimismo, animó a los españoles a que no caigan en la "depresión colectiva" y a que se hable de lo bueno y no sólo de los problemas, e insistió en la importancia y la necesidad de ir avanzando hacia una Europa unida, para lo cual sería necesario dotarse de un nuevo Tratado.