Actualidad Económica, 5 de diciembre de 2008
Ana Lorenzo y Alex O. Hansen, miembros del think tank Institución Futuro
1. Consumo: Lo gratis es el negocio del futuro 2. Crisis: China no puede continuar siendo la fábrica del mundo 3. Economía en la contienda: El negocio de la paz

Consumo: Lo gratis es el negocio del futuro


El Foro Internacional de Contenidos Digitales 2008 (Ficod) ha sido inaugurado por Chris Anderson, autor del libro de referencia de negocios por internet La economía long tail. El editor de Wired Magazine, la revista más prestigiosa de tecnología, expuso su teoría The long tail sobre la nueva economía global nacida de internet. Así, hasta hora la idea del mercado era vender mucho de algo a muchos, así nacieron los superventas y las superproducciones de Hollywood.  Ahora las reglas del juego son otras: “La curva de oferta y demanda ha cambiado para siempre. Ahora no dibuja una gran campana, sino una larga cola de millones de consumidores de productos minoritarios. El superventas ha muerto. Viva la larga cola”. Esta larga cola no es otra cosa que un mercado inesperado, aquel que surge cuando la distribución no está limitada por el espacio, y las personas pueden diversificar sus gustos más allá de los éxitos. La cabeza es el producto estándar y la cola son los productos especializados para un nicho de mercado. Por eso, en el mundo online, donde los costos de almacenamiento y distribución apenas existen, se vuelve más eficaz el encuentro entre oferta y demanda.

 

Crisis: China no puede continuar siendo la fábrica del mundo


El impacto de la crisis mundial en China es mayor de lo que preveía el gobierno mandarín. En este contexto, Kang Shaobang, director ejecutivo de la Escuela Central del Partido Comunista de China, think tank del que salió el actual presidente Hu Jintao, sostiene que el volumen de la economía virtual de EE.UU es aproximadamente 500 veces superior al de la economía real: “China ha comprado masivamente bonos estatales y productos financieros de EEUU creyendo que eran un valor seguro. Así, los gobiernos están tapando agujeros con capital, pero son sólo medidas de choque”. En opinión de Shaobang, la solución pasa por una reforma profunda del sistema para que China deje de ser la fábrica del mundo. Por ello, propone dirigir las inversiones a economías ahorradoras de energía, como Japón. Además, el mandarín plantea pasar de una economía basada en la exportación a un modelo mixto, aumentando la inversión y el consumo interno. China debe evolucionar a una economía de servicios: hasta ahora el modelo chino se basaba en importar materias primas, manufacturarlas y exportar productos baratos, pero este modelo peligra por la crisis.

 

Economía en la contienda: El negocio de la paz


Los administradores internacionales post-conflicto en las zonas de guerra tienden a centrarse en la restauración del orden estatal en detrimento de los actores privados de la economía. El think tank American Enterprise Institute considera que es fundamental fomentar un clima adecuado para que florezca la iniciativa privada: “Sólo el crecimiento económico reduce decisivamente el riesgo de la vuelta a la guerra civil”. Por ello, la ayuda económica es más un medio que un fin paras el progreso hacia la paz. El primer paso hacia la reconstrucción de un país es la seguridad, un aspecto en el que fracasan la mayor parte de las administraciones extranjeras, desde las guerras coloniales hasta las operaciones en Irak o Afganistán. Sin seguridad no hay clima para hacer negocios. Además, las tareas económicas se dejan normalmente en manos de organismos internacionales, mientras que el nuevo estado casi siempre adopta una actitud intervencionista. En opinión del think tank, para que la paz se vea acompañada por la prosperidad se deben asegurar los derechos de propiedad, fomentar la seguridad en el comercio, hacer reformas administrativas y legales, apoyar los servicios financieros y marcar una política predecible.

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