Actualidad económica, 30 de mayo de 2008
Julio Pomés y Alex O. Hansen, miembros de Institución Futuro
Sistema de sanidad: ¿Cuánto vale una vida humana?.
Mercado de la oferta y la demanda: un ámbito universitario más competitivo en beneficio de la sociedad.
Política internacional: la increíble superpotencia menguante

Sistema de sanidad: ¿Cuánto vale una vida humana?

La respuesta más sensata es decir que no tiene precio. Pero no es cierto. Expertos estadounidenses han llegado a la conclusión de que el precio es exactamente 129.000 dólares al año. Aunque hasta ahora se suponía que el sistema de salud estadounidense debería garantizar tratamiento para cualquier enfermo que pudiera conseguir un año de “salud aceptable” por 50.000 dólares al año, un estudio realizado por expertos de la Universidad de Stanford argumenta que esta cifra es más cercana a los 129.000 dólares al año. A medida que los costes crecen y que los ingresos del sistema de salud se debilitan, muchos expertos han abogado porque el sistema de salud adopte una óptica de coste/beneficio. Quizá pueda sonar mercantilista, pero es inevitable si el sistema de salud pública ha de salir adelante en las actuales condiciones económicas.

Mercado de la oferta y la demanda: un ámbito universitario más competitivo en beneficio de la sociedad

Para su progreso, una sociedad sujeta a cambios continuos necesita experimentar en el área del conocimiento, el fomento de la investigación y la aparición de nuevos “cerebros”. La excelencia surge por una combinación idónea entre lo posible y lo adecuado, y se logra sólo si las instituciones que la proporcionan tienen la suficiente autonomía. Así lo afirma un estudio realizado por el think tank suizo Liberales Institut, que argumenta que las universidades privadas operan en un mercado competitivo donde la calidad de su trabajo avala su existencia. El trabajo concluye que, a día de hoy, las universidades privadas están mejor posicionadas para asumir este desafío. Por un lado, porque no se encuentran limitadas por los mismos objetivos que las universidades públicas y, por otro lado, porque tienen que adelantarse a las necesidades de un mercado de oferta y demanda en continua evolución.

Política internacional: la increíble superpotencia menguante

En la recta final de su segundo mandato, Bush no sólo parece traerse mala suerte a sí mismo, con mínimos de popularidad, sino también a la credibilidad de la superpotencia que representa. Su reciente viaje a Oriente Medio ha puesto las cosas aún más difíciles a su sucesor. Así, la revista Time explica que lejos de conseguir un aumento de producción de petróleo que conforte las facturas energéticas de sus conciudadanos, ha vuelto de vacío. Tampoco ha logrado apoyos convincentes contra la causa iraní y ni siquiera ha avanzado en el propósito de la visita: revitalizar el diálogo árabe-israelí. “Los americanos tienden a pensar que la presidencia es todopoderosa, pero gran parte de su autoridad proviene de su capacidad de incitar al público a la acción y la misma regla puede aplicarse a la diplomacia. Si los americanos se están haciendo a la idea de un Bush cada vez más débil, aún les queda otro ajuste mental que hacer: aceptar la idea de que EEUU no es la superpotencia que fue hace unos años. El trabajo más difícil del próximo presidente quizá sea que los ciudadanos se acostumbren a esa situación”.

Institución Futuro
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