
Internet ofrece un amplio abanico de respuestas tecnológicas orientadas a la mejora de la productividad y la competitividad de empresas e instituciones. La actual coyuntura de crisis económica está obligando a todas ellas a no desdeñar ninguna opción de mejora para poder, en muchos casos, capear el temporal.
Una de las herramientas más efectivas en esta área es el Cloud Computing: una tecnología que consiste en subir nuestros datos a servidores remotos y acceder a ellos a través de Internet. En lugar de tener con nosotros la información, ésta se ubica en uno o varios equipos fuera de nuestro contacto físico y trabajamos con ella desde un ordenador de sobremesa, un portátil o un smartphone. La información y los programas están siempre disponibles y de este modo decimos que están en la “nube”.
Hace apenas unos años duplicábamos la información en papel y formato digital ante el temor de poder “perderla”. Ahora parte de la información que consideramos importante (personal o de trabajo) la estamos comenzando a trasladar a la nube. De hecho la información de las redes sociales, muy importante para cada vez mayor número de empresas, está únicamente en servidores remotos. También las empresas que disponen de varias sedes o las franquicias están siendo las primeras en trasladar sus datos a la nube.
Desde hace un par de años el cloud computing se cuela en todas las encuestas anuales que se realizan a los tecnólogos sobre la tecnología del futuro. Una de las fuentes mundiales de referencia en este ámbito, el Pew Research Center, mantiene que en 2020 la mayoría de empresas e individuos accederemos a servidores en la nube, públicos, privados o híbridos.
Esta tecnología, que abre una puerta a la generación de nuevos modelos de negocio y de líneas de actividad, supone una rápida y drástica reducción de costes de TI y de energía, y una mayor agilidad de respuesta ante clientes o ante cambios en las condiciones del mercado, lo cual se traduce en un gran avance para las pymes, porque les permite alcanzar una posición más competitiva y adquirir el mismo nivel tecnológico que sus competidores y que las grandes organizaciones.
A nivel empresarial e institucional las consecuencias de la incorporación del cloud computing irán más allá del abaratamiento de no disponer de una estructura informática permanente o de programas en cada sede. El cambio de escenario es radical: normalización del trabajo a distancia y movilidad de empresas y trabajadores, grupos de trabajo y estructuras organizativas más horizontales y transparentes, gestión del conocimiento más eficaz o virtualización de las instalaciones. Esto se traduce en eficiencia, productividad y competitividad.
¿Y por qué tenemos reticencias a la implantación del Cloud Computing si es una tecnología tan beneficiosa? La cultura de la propiedad, es decir, el pensar que nuestras posesiones deben estar a nuestro alcance cercano, las dudas en la salvaguarda y acceso de la información -con mayor peso desde que fallara una de las plataformas de cloud computing más importante del mundo- o las amenazas de posibles fugas de información (el gigante asiático Sony sufrió hace unos meses el robo de información de sus clientes y sus datos bancarios) serán los puntos críticos determinantes para su implantación.
Lejos de que la crisis paralice la expansión de esta tecnología, está siendo precisamente ahora cuando el cloud computing está potenciando su implantación. De hecho, el Fondo Monetario Internacional analizó el impacto económico del uso del cloud computing en Europa y determinó que si España aprovechara a tiempo las oportunidades de esta tecnología se podrían crear 69.000 nuevos empleos en dos años y 55.000 nuevas empresas en cinco. Expertos del Future Trends Forum, de la Fundación para la Innovación Bankinter, han determinado que en 2012 esta tecnología alcanzará una cifra global de mercado de 42.000 millones de dólares.
Para que este escenario tan favorable sea una realidad en los próximos años y avancemos hacia una asunción intensiva del Cloud Computing, es imprescindible que autoridades, empresas y ciudadanos trabajemos en la misma dirección.
La nueva ejecutiva del Gobierno de Navarra, desde una de sus direcciones generales, la de Gobierno Abierto y Nuevas Tecnologías, parece que asumirá el rol de liderazgo en la implantación de esta tecnología en la comunidad foral. Una de las primeras acciones de la Dirección General están siendo unas reuniones “ciudadanía-administración” con una referencia específica al cloud computing. Sin duda una apuesta decidida por el impacto económico y avance socio-tecnológico que supone este cambio de escenario.
La competitividad ha llegado para quedarse y el cloud computing promete ser una tecnología más allá de una moda.