El viernes pasado se cerraba el acuerdo en Navarra entre el PSN-PSOE, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra por el cual en la Comunidad Foral habrá un gobierno de coalición, presidido por María Chivite, líder del PSN (a expensas de que Bildu se abstenga en la votación de investidura del 1 y 2 de agosto).
A muchos llamó la atención el aumento del número de consejerías pactado: habrá 13, frente a las 9 actuales. En el siguiente gráfico puede verse la evolución del número de consejerías del Gobierno de Navarra en las últimas legislaturas.
La comparativa por Comunidades Autónomas muestra cómo, con esta nueva cifra, Navarra se pondrá a la cabeza, junto con Cataluña, como la región con mayor número de consejerías en el gobierno (actuales o previstas por los nuevos Ejecutivos).
Claro está que no todas las CCAA son iguales respecto a población: la Comunidad Foral es la tercera menos poblada de toda España, con 647.000 habitantes aproximadamente. Teniendo en cuenta este criterio, Navarra se situará como la segunda región con mayor número de consejerías por cada 100.000 habitantes, solo superada por La Rioja, que cuenta con menos de la mitad de población que la Comunidad Foral.
No se puede obviar el aumento del coste económico del establecimiento de esas nuevas cuatro consejerías. Teniendo en cuenta el salario de los consejeros y los cargos de libre designación asociados (sus jefes de gabinete, secretarios y auxiliares), las cuatro nuevas consejerías costarán a las arcas forales solo en salarios 740.000 euros al año, casi 3 millones de euros a lo largo de toda la legislatura.
¿Qué podemos concluir de la decisión de aumentar el número de consejerías en el Gobierno de Navarra? Para empezar, que ninguno de los partidos que han llegado al pacto de gobierno parece estar especialmente preocupado por el sobredimensionamiento de la Administración. Más bien al contrario. Por otro lado, el que haya más consejerías no asegura, por si mismo, que vaya a haber un mejor servicio público ni que los ciudadanos vayamos a estar más o mejor representados. Lo que sí es seguro es el sobrecoste que va a suponer para las arcas públicas. Juzguen ustedes mismos.