Diario de Navarra, 17 de marzo de 2013
Desayuno con Miguel Ángel Laspiur, ex director financiero de Mondragón, organizado por Institución Futuro. Crónica de Marialuz Vicondoa

“Decorosamente bien”. Así resumió Miguel Ángel Laspiur López de Oñate, ex director financiero de la corporación Mondragón, la forma en que están afrontando las diferentes cooperativas del grupo la crisis económica. Y argumentó previamente el porqué de esta afirmación. Explicó con detalle los diferentes resortes con los que cuenta el grupo para abordar una crisis, no sólo la actual, sino también las vividas en otros momentos.

Laspiur intervino recientemente en un desayuno de trabajo organizado por el ‘think tank’ Institución Futuro, con la colaboración de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y la Asociación del Padre Arizmendiarrieta. Laspiur es vicepresidente de esta organización, que busca “transferir el ideario del fundador del grupo Mondragón a la sociedad en general”.
“No nos encargamos de transformar una empresa en cooperativa, eso lo hace Mondragón. Pero sí de asesorar a una empresa que intenta avanzar en fórmulas de participación de los trabajadores en la gestión de la empresa, en su capital, en sus resultados…”, explicó Laspiur.
Este economista, que comenzó a trabajar en 1969 en el grupo, donde ha sido responsable financiero desde 1992 a 2007, señaló Miguel Ángel Laspiur, durante su intervención que las medidas, tanto en el área de personal como en el de financiera adoptadas por Mondragón, “están permitiendo abordar la crisis con menores dificultades que el entorno en el que se mueven nuestras cooperativas”.
Apoyo entre cooperativas
Laspiur destacó, entre otras medidas, las aportaciones a fondo perdido, a través de un complicado cálculo matemático, de las cooperativas que van bien hacia las que tienen pérdidas. “Sé que es difícil de entender porque se puede pensar que la que va mal no hará lo suficiente para superar la situación. Pero la verdad es que a nosotros nos ha dado un juego importante”, explicó. Se trata de que las cooperativas con excedentes positivos ponen en común un porcentaje (entre el 13% y 40%) de estos resultados y las que han incurrido en pérdidas reciben el doble (entre un2% y 80%) de sus resultados negativos.
Para que instrumentos como éstos puedan funcionar adecuadamente, Miguel Ángel Laspiur enfatizó la importancia de la transparencia. “Desde la corporación se tiene control de todas las cooperativas y de sus proyectos. Cada mes se recibe información de las ventas totales, nacionales, internacionales, inversiones, plantillas, evolución de su cartera… Y las cuentas de explotación. Contamos también con niveles de alerta para detectar situaciones complicadas. Es difícil que a la corporación (el paraguas que agrupa las cooperativas) se le escape qué le pasa a una de sus empresas”, añadió.
En relación a las plantillas, una de las primeras medidas que se aplica en una situación de crisis es la de prescindir del empleo temporal. Se sustituyen los trabajadores eventuales por socios excedentarios de otras cooperativas o se amplía el calendario laboral de los propios socios trabajadores de la cooperativa sin incrementar su remuneración anual. A ello se une la flexibilidad laboral con calendarios a la baja o al alza, por la que, dependiendo de la situación del mercado, la cooperativa adecúa las horas de trabajo al alza o a la baja. “Salvo alguna crítica, esta medida no causa grandes problemas”, añadió.

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Institución Futuro
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