Diario de Navarra, 26 de octubre de 2014
Belén Goñi, directora general de Institución Futuro

Charlando recientemente sobre innovación con un buen conversador, éste sacó a relucir los principios de la propaganda de Goebbels, aquel que fuera ministro de propaganda de la Alemania nazi entre 1933 y 1945 y los volví a releer. Permítanme que se los resuma mucho: 

  • Individualizar a los adversarios en un único enemigo.
  • Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan y contraprograma con la ayuda de medios afines.
  • Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  • La propaganda debe adaptarse al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida, ya que la capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa.
  • Limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente. Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad.
  • Emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa.
  • Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
  • La propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
  • Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.

Mientras los leía no podía evitar que me viniesen a la cabeza multitud de noticias de actualidad porque esto que dijo Goebbels es lo que en la actualidad están haciendo, punto por punto, no pocos movimientos y partidos en España y fuera de ella. Así, parece que van calando mensajes como “España nos roba”, “subir los impuestos a los ricos es la solución” o “los yanquis quieren dominarnos”, por poner algún ejemplo. Yo diría que incluso se ha mejorado a Goebbels añadiendo algún otro principio como conecta al adversario con algún trapo sucio o escándalo para descalificarlo.

Como ven, ya estaba inventado hace muchos años. Y lo cierto es que al leerlo me indigno y me pregunto cómo es posible que seamos tan tontos, tan “masa” como para que nos dejemos llevar de nuevo por este tipo de manipulaciones. Porque si los nazis las usaron eficazmente, imagínense lo que hubieran hecho teniendo a mano internet, twitter, facebook e incluso el whatsapp.

Pero ¿cómo se puede evitar? En un mundo en el que casi nadie lee o escucha más allá de los titulares del periódico o la radio que les son afines ¿cómo vamos a desmasificarnos? Porque la única cura contra la propaganda es la información de la buena, de la contrastada y que provenga de diferentes fuentes con diferentes puntos de vista. Solo así uno es capaz de pensar y de hacerse su propia composición de lugar. Pero ¿quién tiene tiempo para hacerlo? ¿Y ganas? Si pensamos en las generaciones futuras no cabe duda de que la educación del espíritu crítico es el mejor servicio que podemos hacer a nuestros jóvenes. Creo que las universidades lo tienen claro y lo trabajan, pero no es suficiente: hay que educarlo desde antes, porque muchas personas que no van a la universidad. Esto supone contar con profesores capaces de aceptar críticas y discutir sus argumentos y razonamientos. A más educación y más cultura, menos manipulación.

Eso será sembrar para el futuro pero, ahora, ¿qué hacemos ahora? No nos queda otra que responsabilizarnos cada uno de nosotros de estar bien informados y de hacer de pepito grillo en cada conversación y en cada escrito. No es fácil porque en la masa uno pasa mucho más desapercibido y corre muchos menos riesgos. Cuando alguien alrededor de una mesa rompe el pensamiento único se crea una tensión que solo los discutidores y polemistas sobrellevan con buena cara.

Hay muchas organizaciones que trabajan y elaboran estudios rigurosos sobre muy diversas materias y que están a un click de distancia en internet. Evidentemente no podemos saber de todo, pero seguro que hay un par de temas que nos interesan más que otros. Dediquémosles un poco de tiempo y seamos capaces de argumentar sobre ellos. Un grano no hace granero pero por algo hay que empezar.

Por otro lado, hay muchos medios de comunicación que no se suman al juego de los manipuladores, ¡démosles voz! Y al mismo tiempo ignoremos a los que ya sabemos que se están prestando al juego. Yo me niego a ser parte de la masa manipulable, ¿y usted? 

Institución Futuro
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