Cen.es, 6 de noviembre de 2015
En su conferencia sobre relaciones laborales en España

“Hay que rebajar las cotizaciones sociales. De lo contrario, la Seguridad Social se convierte en verdugo del empleo”. Así lo expresó el catedrático de Derecho del Trabajo y presidente de honor de Sagardoy Abogados, Juan Antonio Sagardoy, para quien el objetivo no ha de ser otro que el de la recuperación y, en consecuencia, “crear empleo”: “que las empresas sean viables y que el crecimiento sea sano y sostenido”.

Sagardoy impartió, el pasado 29 de octubre, la conferencia “Relaciones laborales en España”, organizada por Institución Futuro, en la sede de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), con la colaboración de Diario de Navarra y Onda Cero. Según explicó el experto, el empleo necesita de la economía de la misma forma que “un barco necesita agua”. Es decir, al margen de las ayudas económicas, “ningún empresario contrata a alguien a quien no necesite… y viceversa”.

 

Dicho esto, “para que el barco navegue bien, necesita también de buenas velas”, apuntó Sagardoy, que se refirió a “velas flexibles” como una metáfora de lo que supone una correcta legislación. Sin embargo, “son leyes malas las que ponen pegas al empresario”. Por ejemplo, tal y como denunció el catedrático, “en España, somos líderes en el tiempo y dinero que cuesta montar una empresa”, y es que “la burocracia mal entendida es mortal para el empleo”. El catedrático también incidió en la idea de la “defensa de la competitividad”, ya que “es un bien democrático por excelencia”, de la que no solo se beneficia el empresario. “Todos tenemos que apoyarla, porque, sin competitividad, el empleo sufriría mucho”.

Una reforma laboral “necesaria”

En este sentido, Sagardoy se mostró defensor de la reforma laboral de 2012, ya que “ha introducido una gran flexibilidad interna” y, antes, “muchos aspectos de la legislación laboral nos llevaban al retroceso”. Por ejemplo, con la normativa anterior, “no había manera de mover los salarios que estuvieran recogidos en el convenio colectivo sectorial, ¡ni aunque hubiera acuerdo entre las partes!”. En cambio, sí se podía, por ejemplo, si la empresa acudía a un ERE. Además, “el mismo convenio afectaba por igual a una empresa grande que a una pequeña”, lo que llevaba a una situación de mayores costos para las pymes.

En definitiva, “la ley tiene que ser una palanca, y no una losa”, para la empresa, tal y como explicó Sagardoy. Por eso, argumentó que, gracias a la reforma, “ante el cambio de las circunstancias, la empresa puede contar ahora con mayor flexibilidad interna”, bien para descolgar salarios del convenio o para modificar condiciones de trabajo. Por otra parte, “lo importante de la reforma no fue tanto el coste del despido, ya que el despido objetivo siguió siendo de veinte días por año”, apuntó el experto.

Además, recordó Sagardoy, “era una reforma que nos pedían desde organismos internacionales”, porque conlleva demandas que nos exigía la propia globalización. En palabras del propio experto, “la globalización ha supuesto un cambio trascendental. Ahora compites con el mundo entero”, y eso “nos da problemas tremendos para ser competitivos”.

Sin embargo, Sagardoy sí que lamentó “la judicialización que ha traído consigo la reforma”, ya que, aunque se suprimió la intervención administrativa, da margen a que muchos procedimientos se anulen en los tribunales por meros defectos formales. “Ni siquiera por defectos sustanciales, basta con que en un papel esté mal alguno de los dos apellidos”, explicó el catedrático. Con todo ello, sin embargo, el ponente se mostró convencido de que el Gobierno que salga de las urnas, tras el 20 de diciembre, “no va a meterse en el berenjenal de derogar la reforma laboral”, y, de cambiarse, “será poquita cosa”.

Economía del talento y reducción de la temporalidad.

Respecto a sus propuestas de futuro, Sagardoy apostó porque España avance en “la economía del talento”, siguiendo el ejemplo de empresas como Apple o Google, cuyo capital se basa en el “conocimiento”. El catedrático también llamó a “reducir la temporalidad” en España y añadió: “no es normal que, siendo tan bueno para la empresa un trabajador indefinido y bien formado, al empresario le cueste tanto hacer fijo”. Dicho esto, se mostró partidario de un “contrato único” que “equilibre” derechos entre trabajadores temporales y fijos.

Sagardoy también definió como una “vergüenza nacional” el alto nivel de desempleo juvenil en España, que es siempre el doble que el de la media europea. Ante esto problema, el experto abogó por un “plan de choque”, que conllevaría aplicar formación e incluso, tal y como defendió, proponer un nivel de contratación obligatoria de jóvenes para las grandes empresas (siguiendo el modelo que se aplicó en otros colectivos, como con la Ley de Integración Social del Minusválido).

Institución Futuro
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