NavarraCapital.es, 28 de septiembre de 2018
Tribuna de José Félix García Tinoco, Premio Nacional de Fin de Carrera en Empresariales y en ADE

El autor, tras acudir a la presentación del “Barómetro de los Círculos”, plantea una “propuesta” para obligar a la clase política a alcanzar acuerdos en materias tan sensibles como déficit público, pensiones y, sobre todo, educación.

Hace unos días NavarraCapital.Es organizó, junto al Círculo de Empresarios y a Institución Futuro, una jornada donde tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación del estudio denominado “El Barómetro de los Círculos”, con una ponencia llevada a cabo por Don Miguel Iraburu, del círculo de empresarios. Éste hace un análisis con carácter anual basado en entrevistas a altos directivos, donde se pone de manifiesto la situación y los retos de la economía española.

Es ciertamente complejo resumir en unas líneas lo que se dijo en la jornada, rica en datos y con un amplio enfoque en todos los aspectos relevantes en nuestra economía.

Se habló, por ejemplo, de cómo es el tejido empresarial de nuestro país, el cual es un país de PYMES, incluso como él especificó aún más, es un país de PY. También se comentó el esfuerzo que debemos hacer en digitalización e innovación, donde aportó el dato de que se estima que el 65% de las profesiones futuras están por crearse.

Otro tema sobre el que se habló fue la normativa laboral, en la que se propuso simplificar los contratos laborales, dejando solo tres: indefinido, eventual por necesidades empresariales, y de formación, con las variantes en ellos de jornada completa y jornada a tiempo parcial. También salieron aspectos referentes a, entre otros, temas como infraestructuras, desempleo, administraciones públicas, pensiones, deuda pública o conciliación e igualdad.

Como pueden ver, el estudio contempla de una forma nítida unos grandes retos, perfectamente identificados, que pueden ser unas buenas guías que seguir para fomentar la competitividad de nuestra economía.

No obstante, como no me puedo centrar en todos los temas, pondré el foco en la educación, que además es catalogado por el estudio como el asunto más prioritario de la política económica de nuestro país. En concreto, el 68,6% de los entrevistados así lo considera.

Para ser más exactos, en este ámbito el estudio pone de relieve la necesidad de alcanzar un pacto educativo. Se comentó que es la principal preocupación que se refleja en este trabajo, ya que no es posible labrar un futuro cuando, en función del gobierno de turno, se legisla el ámbito educativo de una u otra forma. Por ello se señaló que urge un gran pacto político que garantice una continuidad y que no se utilice la educación con fines políticos.

La verdad es que estoy totalmente de acuerdo, ya que no hay que olvidar que los dos últimos gobiernos (excluyendo el reciente socialista, que aún no ha tenido tiempo pero que ganas no le faltan), hicieron cambios normativos, la LOE en 2006 con José Luis Rodríguez Zapatero, y la LOMCE (también conocida como Ley Wert) en 2013 durante la legislatura de Mariano Rajoy. Y eso en lo que respecta a la normativa estatal, pero no obviemos que posteriormente las comunidades autónomas elaboran sus propias normativas.

UNA PROPUESTA DE ACUERDO

Así nos encontramos, por ejemplo, con una noticia reciente, en la que se señalaba que este curso escolar acaba de arrancar con 10.839 libros de texto diferentes. Eso implica, por ejemplo, que algunos contenidos que en unas comunidades autónomas se imparten en un curso, en otras se imparten en otro.

Y aunque parezca mentira no se libran ni las ciencias exactas, ya que un libro de matemáticas de una comunidad no siempre se podría utilizar en otra. Y ya si nos metemos en materias en las que se hablen de las realidades históricas de los territorios, pueden suponerse que los sesgos políticos aparecen de forma notable.

No nos engañemos. La política de hoy no se caracteriza por su voluntad de diálogo ni de llegar a pactos de estado en materias tan importantes como pueden ser la educación, las pensiones o el déficit público.

Creo que lo habitual no es que miren por el bien común, que es para lo que se les elige, sino que utilizan estos temas capitales de forma populista, partidista y demagógica, con el único objetivo de desgastar al adversario político y obtener votos. Propongo una idea; deberían estar cerrados con llave en una habitación y no salir hasta que lleguen a acuerdos en estos asuntos fundamentales. Pero ya les adelanto el final, tendrían que llamar a un cerrajero para salir. O mejor, llamamos al cerrajero nosotros, que igual no se ponen de acuerdo ni para eso.

Institución Futuro
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